Dic / 08
La danza nos enseña a afrontar infinidad de situaciones en la vida diaria.
Quizás en algún momento sentiste miedo de subir a un escenario a bailar, y terminaste disfrutándolo como nunca antes. Quizás en la vida se te presentó alguna situación nueva que te hacía sentir insegura, pero te demostraste que podías con eso y mucho más.
Quizás bailando, en un paso, perdiste el equilibrio pero al final conseguiste salvar la situación. En el peor de los casos, descubriste qué es lo que tienes que seguir trabajando o cambiar.
En nuestra vida, en ese plan perfecto que ideamos en nuestras cabezas, las cosas pueden salir mal. Si, lamento decirte que puede pasar. Esto nos ayuda a entender que pase lo que pase seguiremos adelante y aprenderemos de nuestros fallos.
Quizás se te olvidó la coreografía y acabaste improvisando. Permíteme decirte que, yo tampoco se cómo vivir, estoy improvisando. Ni yo, ni nadie lo sabe, aceptamos que puede haber imprevistos.
Por mucho que lo planeemos… algo puede fallar, pero… ¿acaso no son esos pequeños riesgos los que hacen la vida interesante? ¿Acaso no es lo inesperado, lo sorprendente, lo espontáneo, lo que hace que te entusiasme tanto?
Salimos de nuestra zona de confort para ampliar nuestra experiencia del mundo, nuestra percepción, y es que la danza continuamente nos enseña lecciones de vida y razones para vivirla… Por eso ¡sigamos bailando!.